En México, la comida no solo llena el estómago, sino también el corazón (y a veces los ojos… ¡de picante!). Pero, ¿sabías que detrás de cada salsa, mole o guacamole hay una historia con raíces prehispánicas? Todo empieza con una palabra que pocos conocen, pero que está en cada mordida de nuestra comida: mulli. Así que, ponte cómodo, abre una botana, y vamos a conocer cómo esta maravilla ancestral llegó hasta nuestras mesas y, claro, cómo Salsa La Malcriada hace honor a este legado.

¿Qué es el Mulli? El antepasado de las salsas
Hace más de 500 años, en el mundo náhuatl, mulli significaba “mezcla” o “salsa”. Básicamente, era cualquier preparación molida o martajada hecha en metates y molcajetes. Imagina chiles, tomates, hierbas y semillas mezclados hasta formar una pasta deliciosa para acompañar tamales, tortillas y otros platillos. ¿Suena familiar? Exacto, es el tatarabuelo del mole, la salsa y hasta del guacamole.
En la época prehispánica, el mulli no era solo comida; era arte, religión y nutrición. Las culturas mesoamericanas lo usaban como ofrenda a los dioses, y su preparación era un acto casi ceremonial. Pero lo mejor es que no había una sola receta de mulli: cada región, cada cocinero, hacía su propia versión dependiendo de los ingredientes disponibles.
Del Mulli al Mole: La Evolución de un Ícono Culinario
Con la llegada de los españoles, el mulli dio un salto de sabor. Ingredientes como ajo, almendras, aceite de oliva, pan y especias como la canela se fusionaron con las recetas indígenas, creando versiones más complejas y ricas. Así nació el mole, la estrella de la cocina mexicana.
Hoy en día, tenemos moles para todos los gustos: el mole negro de Oaxaca, el poblano, el pipián verde… pero todos ellos tienen una raíz común: el mulli. Este concepto evolucionó para incluir desde las salsas más simples (como una salsa roja de jitomate) hasta preparaciones complejas que toman horas.
Mulli en la Cocina Moderna
Aunque la palabra mulli ya no se usa tanto, su espíritu vive en cada salsa mexicana. Y en Salsa La Malcriada, ¡nos lo tomamos en serio! La frescura de nuestra salsa hecha con jugo de limón natural y chiles seleccionados honra esta tradición, porque sabemos que una buena salsa puede cambiar todo un platillo.
Datos sabrosos sobre el mulli:
- El guacamole también viene del mulli (su nombre original era ahuacatl-mulli, o “mezcla de aguacate”).
- Cada región de México tiene su versión de mulli: en el centro puede ser un mole espeso, y en el norte, una salsa más líquida para asar carne.
Sin mulli, no tendríamos las salsas que acompañan nuestros tacos, quesadillas o incluso ese caldo de camarón que “cura todo”.
¿Te imaginas usar Salsa La Malcriada como base para un mulli moderno? Es tan fácil como darle un twist contemporáneo a esta tradición. En nuestras recetas contamos con mezclas que usan Salsa La Malcriada.
Un Legado Picante que Vive Hoy
El mulli es mucho más que una palabra; es el alma de la cocina mexicana. Sin él, no tendríamos nuestras salsas favoritas, ni la oportunidad de darle un toque de autenticidad a cada comida. En Salsa La Malcriada, celebramos este legado con cada frasco, recordándote que las mejores salsas no solo realzan los sabores, ¡también cuentan historias!
¿Listo para explorar la magia del mulli y descubrir todo lo que una salsa puede hacer por tus comidas? Entra a nuestra tienda en línea y conoce nuestras salsas. Te prometemos que cada bocado será una experiencia única, fresca y picante, justo como debe ser. ¡Hazle honor al legado del mulli con Salsa La Malcriada!