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El Fish Pepper: La historia del chile que estuvo a punto de perderse

El fish pepper no es solo un chile, es una cápsula de historia y tradición afroamericana. Originario del Caribe y popularizado en las cocinas de la región de la Bahía de Chesapeake a finales del siglo XIX, este chile se convirtió en un ingrediente esencial para realzar el sabor de platos de mariscos, gracias a su picor moderado y su versatilidad culinaria. Sin embargo, este tesoro culinario estuvo al borde de la extinción durante gran parte del siglo XX.

El casi olvido del fish pepper

A medida que los sistemas de cultivo industrializados comenzaron a priorizar variedades más comerciales y uniformes, el fish pepper cayó en desuso. Su cultivo fue prácticamente abandonado durante varias décadas, y la memoria de este chile comenzó a desvanecerse en las comunidades que alguna vez lo habían utilizado en su cocina diaria. Se estima que el chile estuvo sin cultivarse comercialmente durante al menos 40 años, lo que lo puso en serio riesgo de desaparecer para siempre.

El rescate por Horace Pippin y la conexión con los Weaver

El pintor afroamericano Horace Pippin, conocido por sus obras que reflejan la experiencia afroamericana, jugó un papel clave en la preservación del fish pepper, aunque de forma indirecta. En un acto aparentemente simple pero crucial, intercambió semillas de este chile con H. Ralph Weaver, un apicultor local. Este intercambio surgió porque Pippin, quien sufría de artritis, buscaba abejas para una terapia de picaduras que aliviara su dolor.

Ralph Weaver, intrigado por las semillas, las guardó en su colección personal sin sembrarlas de inmediato. Estas semillas pasaron inadvertidas durante décadas, almacenadas en pequeños sobres en el ático de la casa de los Weaver.

El redescubrimiento por William Woys Weaver

Décadas más tarde, en los años 80, William Woys Weaver, nieto de Ralph Weaver, encontró las semillas mientras revisaba antiguos archivos y cajas de su abuelo. Weaver, un historiador y experto en gastronomía, reconoció la importancia de lo que tenía entre manos. Estas semillas no solo representaban una variedad de chile casi extinta, sino también un legado cultural ligado a las tradiciones afroamericanas y al patrimonio agrícola de los Estados Unidos.

Weaver decidió cultivar las semillas en su propio jardín en Pensilvania, logrando revivir esta variedad. Fascinado por su historia y características, comenzó a compartir las semillas a través de la Seed Savers Exchange, una organización dedicada a preservar variedades de plantas en peligro de extinción. Así, el fish pepper fue reintroducido en la horticultura y la gastronomía, permitiendo que volviera a ser apreciado por su sabor y valor histórico.

Características únicas del fish pepper

El fish pepper es tan visualmente impactante como sabroso. Las plantas presentan hojas variegadas en tonos de verde y blanco, mientras que los frutos cambian de color a medida que maduran, pasando de blanco a verde, luego a naranja y finalmente a rojo intenso. Estas cualidades no solo lo hacían atractivo en los jardines, sino también útil en la cocina: los chiles en su etapa blanca eran ideales para recetas donde se buscaba evitar el color rojo en las salsas y guisos.

Su nivel de picor varía entre 5,000 y 30,000 unidades Scoville, similar al de un jalapeño, pero con un sabor distintivo que combina toques dulces y ligeramente ahumados.

El legado del fish pepper hoy

Gracias a los esfuerzos de William Woys Weaver, el fish pepper ha resurgido como un símbolo de la resiliencia cultural y agrícola. Hoy en día, se cultiva en jardines de todo el mundo y es apreciado tanto por su estética como por su versatilidad culinaria. Además, su historia sirve como un recordatorio de la importancia de preservar variedades agrícolas y las tradiciones culturales que las acompañan.

Este chile, que estuvo al borde de desaparecer, es un testimonio de cómo pequeñas acciones, como guardar un puñado de semillas, pueden tener un impacto monumental en la preservación del patrimonio gastronómico.

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